martes, 4 de mayo de 2010

Orisha del Amor y la Dulzura: Oshùn

Cuando empiezas o te inclinas hacia una religión distinta a la aplicada u oficial del país o ciudad donde resides, comienza a surgir una serie de preguntas, discriminaciones y hasta dudas acerca de aquello que es prácticamente “desconocido”, ya que, lo preestablecido por la sociedad difiere de aquello por lo que sientes afinidad; tal vez, por ir en contra de lo que está determinado o porque simplemente se nace con un sentido o vocación de espiritualidad más allá de lo que es considerado “normal”.

Es por ello, que, hace poco más de siete (7) años comienza mi curiosidad hacia la Santería y su culto, obviamente no tenía capacidad de autodeterminación, debido a que todo dependía de lo que dijera mi familia, sin embargo, no disminuyo mi interés hacia la religión; es entonces que comienza mi investigación en la mejor invención del hombre, la Internet; y por supuesto en preguntas a religiosos Yoruba.

Es increíble cómo se puede sentir tanta pasión y deseos de conocer cada vez más sobre un culto que aunque no tiene raíces venezolanas crea en uno, gran interés.
Al comenzar a leer sobre quién es cada santo, sus historias y las características de sus hijos, lo primero que decía: “éste debe ser mi ángel de la guarda”, ya que, se quiera o no, nos logramos identificar con sus características, pero al tiempo entendí que todos tenemos un poco de cada Orisha, todos forman o complementan al Ser Humano, es decir, ellos se encuentran presente en nuestro organismo, en nuestra piel y por ende siempre están con nosotros ; independientemente que sea ò no el ángel de la guarda de la persona.

Al transcurrir los años, mi deseo de formar parte de la religión Yoruba aumentaba, y con ella mis ganas o curiosidad por saber quién gobernaba mi vida, mi cabeza; es entonces que a pesar que no fue fácil la decisión de qué casa entrar a plante de Orula (determinación de ángel de la guarda y entrega de guerreros), decidí escoger a los mejores padrinos que se pueda tener, respetando a los demás Awoses, santeros y casas de osha, pero debo agradecer especialmente a mi mejor amigo y amor, Awo Orunmila Ogunda ka; mi padrino Awo Orunmila Oche yekun, oyugbona Awo Orunmila Ojuanì Cheldì, y demás awoses presentes en la ceremonia; así como a mi madrina Yemayà Omi Saidè, la cual, ha compartido y escuchado muchas de mis experiencias, tanto religiosas como personales.

Generalmente, leía de forma regular los libros de santería y sentía mayor inclinación hacia la Orisha Oshun, diosa de la belleza, sensualidad, sexualidad, maternidad, fertilidad, abundancia, riqueza, orisha de la coquetería que siempre estaba acompañada de elegguà quien la protegía. Es la dueña de los ríos, así como la protectora, de las gestantes y parturientas. Me sentía identificada con ella no sólo con sus características, sino también con la mayoría de sus historias o patakìes.
Las personas que me conocen, decían que por mi fuerte carácter podría ser hija de Chango, Elegguà u Obatalà; sin embargo, siempre desee coronar y ser hija de Oshun con el respeto que merece todo los santos del panteón Yoruba, así que pedía insistentemente a Orula como encargado de designar el ángel de la guarda, que fuera ella quien tuviera mi cabeza.

Desconozco si por casualidad o porque Orula escuchó tantas veces repetir lo mismo de mi boca, que me asigno a la Orisha mas bella, llamada Oshun; describir el amor, la admiración y respeto que siento por ella, sería poco en palabras, doy gracias a Oloddumare, Olofi, Orula y a mi madre, que permitieron que mi deseo y sus bendiciones cayeran sobre mi. Hoy en día, cuando pregunta cualquier aleyo o santero”¿ Quién es tu Ángel de la Guarda?”, respondo con una enorme sonrisa y con una gran felicidad que invade cada parte de mi cuerpo, - “Oshun”.

No obstante, es importante indicar que todos los santos son maravillosos y que no debemos aferrarnos a ninguno como ángel de la guarda cuando no sabemos aún quién pueda ser, lo correcto es esperar la decisión de Orula; para evitar así decepciones al no tener el Orisha que deseamos, gracias doy porque en mi caso fue al contrario.









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